sábado, 8 de febrero de 2014

SEXO OPUESTO. COINCIDIMOS EN ALGO?


Los hombres y las mujeres somos diferentes casi por completo. Lo dudabas?
¿Pero qué nos hace tan distintos? ¿hay algo que nos asemeje? ¿Por qué los hombres se orientan mejor y las mujeres tienen más memoria según distintos estudios?
                                          

Las diferencias entre ambos sexos a veces son obvias y otras no lo son tanto, pero lo que sí es cierto es que en gran medida se deben a factores que van desde la genética hasta la propia educación recibida.
Aún así, existe algo que compartimos por igual y a lo que sí tenemos respuesta. ¿Por qué hombres y mujeres buscamos un cuerpo 10?  Es sencillo: todos deseamos gustar a los demás.

De cualquier forma hay aspectos que científica o estadísticamente se han estudiado, sobretodo en el campo de las relaciones entre sexos, puesto que es ahí donde más se pueden apreciar tales distinciones.
Con el tiempo se ha demostrado que las mujeres son más consideradas y analistas, usan la mente, mientras que los hombres son más impulsivos y usan solo el corazón sin meditar en exceso (aunque a veces esto se refiera al instinto sexual).
Esto lleva a que la mujer sea más consciente e incluso calculadora en lo que respecta al manejo de una relación sentimental. Diversos estudios demuestran que un mayor porcentaje de mujeres dejaría una relación si siente que su pareja no la ama o no puede satisfacer determinadas necesidades (económicas, sentimentales, sexuales…), mientras que ellos solo la dejarían si se enamoran de otra mujer.

Por supuesto esto son solo estudios; la realidad es que cada persona es única, al igual que su forma de actuar y de pensar, por lo que sabemos que cabe la excepción a dichos datos. No todos somos iguales.

Partimos de que mujeres y hombres tenemos diferentes estructuras cerebrales, algo que rompe con el estudio tradicional a partir del cual se pensaba que la arquitectura cerebral era la misma para todos, y que las diferencias entre comportamientos y actitudes, entre hombres y mujeres, se debía a las diferencias hormonales y a las presiones sociales.

Sin embargo los científicos están encontrando evidencias que sugieren que el cerebro de hombres y mujeres se forma a partir distintas “programaciones genéticas” y que existen diferencias entre algunos circuitos neurológicos y la concentración de neurotransmisores.                                                         
Por qué a veces no nos entendemos hombres y mujeres?

El hombre se pregunta por qué cuando una mujer se arregla y dice 5 minutos, en realidad son 20; o por qué cuando se le pregunta qué le pasa, dice “nada” cuando pretende decir “prepárate”.
Es cierto que se ha demostrado que la mente femenina es más compleja que la del hombre, y por eso mismo, en ocasiones, a ellas se les olvida que ellos no entenderán ciertas ironías, sarcasmos o indirectas, y que lo mejor es ir al grano y ser concretas en sus discursos.

Poniendo un punto cómico a todo esto, se podrían mostrar distintos ejemplos:
. Si una mujer dice “bien” para cerrar una discusión, en realidad quiere decir que cree llevar la razón total, y que más le vale a él no decir nada más.
. Si una mujer dice “haz lo que quieras”, en realidad no es un permiso, no malinterpretéis, no existe tal bondad en una discusión o disparidad de opiniones. Es un desafío a muerte! Es un “tú hazlo que verás”.
. También es frecuente que los hombres malinterpreten los grandes suspiros de las mujeres. Si ella respira profundo, en realidad está pensando “¿por qué dirá tantas chorradas sin sentido?”; no significa que esté callada porque crea que llevas razón o porque quiera dejarte hablar.
. Un “no te preocupes, yo lo hago” también es una frase peligrosa para ellos. Significa que os han pedido que hagáis algo y nunca lo hicisteis, o simplemente no os habéis ofrecido a hacerlo directamente. La venganza será terrible!


Sin embargo parece que poco a poco vamos entendiendo el lenguaje del sexo opuesto. De la misma manera, y poniendo un punto de humor, podríamos decir que…

. Si un hombre dice “tengo hambre” quiere decir “tengo hambre”.
. Si un hombre dice “tengo sueño” quiere decir “tengo sueño”.
. Si un hombre dice “vale” quiere decir “vale”.

Muchas veces el problema es sencillo; ellos no pillan el doble sentido del lenguaje femenino, y ellas dan un doble sentido al sencillo y directo lenguaje del hombre, olvidando que lo que dicen no significa más de lo que parece significar.
Evidentemente todo esto tiene sus matices, y aunque se esté generalizando, sabemos que no todos somos iguales aunque se haya demostrado estadísticamente la repetición de un mismo patrón de conducta por sexos.
                                    
También es ciertamente curioso que a la hora de establecer una relación con alguien a quien se acaba de conocer y que nos atrae, parecen intercambiarse los papeles. Lo que las mujeres hacen o dicen se corresponde con lo que desean obtener, mientras que los hombres parecen actuar subliminalmente, dejando atrás la sencillez de su lenguaje habitual.

. Si una mujer le dice a un hombre que acaba de conocer “vamos al cine” querrá decir “vamos al cine”; si un hombre lo dice, probablemente quiera decir “espero tener sexo contigo”.
. Si una mujer dice “qué bien te queda esa camisa” = que bien te queda esa camisa; si un hombre te dice “qué bien te queda esa camiseta” = qué buena estás.
. Si una mujer que has conocido recientemente, y aunque resulte demasiado rápido, te dice “quiero casarme contigo” = quiero formar una familia y tener hijos contigo porque veo que cumples los requisitos que busco; si un hombre recién conocido te pregunta “¿te quieres casar conmigo?” = quiere que contemples solo tener sexo con él y con nadie más; quiere que te resulte poco correcto acostarte con alguien que no sea él.

Concretamente, científicos de la Universidad de Pensilvania creen haber hallado la clave neurológica de las diferencias de comportamiento de ambos sexos. Pero ya no solo en lo referente a las intenciones de unos y otros cuando dicen algo, sino en relación a habilidades o destrezas que puedan tener.
Los hombres muestran en promedio más habilidades motoras y de percepción espacial, y las mujeres puntúan mejor en el conocimiento social y la memoria. Los neurocientíficos de esta universidad creen haber hallado la clave.

Según su investigación con casi un millar de jóvenes, la conectividad entre distintas partes del cerebro se desarrolla de manera diferente en los dos sexos. En las mujeres predominan las conexiones entre los dos hemisferios cerebrales, y en los hombres prevalecen las interiores de cada hemisferio. Curiosamente, ese patrón se invierte en el cerebelo, una estructura implicada en la coordinación de movimientos y el aprendizaje de procedimientos.
Indican que el cerebro masculino está estructurado para facilitar la conectividad entre percepción y acción coordinada, mientras que el femenino facilita la comunicación entre el modo de procesamiento analítico y el intuitivo.
                                      

                                              
Esa interpretación realizada por los científicos puede completarse con una explicación
 adicional. Dentro de cada hemisferio, el cerebro está dividido en módulos, como los encargados de la percepción visual (situados cerca de la nuca) y los que mandan las órdenes a los músculos para ejecutar movimientos (localizados más o menos por encima de las orejas). Por eso, una mayor conectividad dentro de cada hemisferio implica una mayor coordinación entre percepción visual y control motor.
Además, un hemisferio no es una copia exacta del otro. A grandes trazos, el hemisferio izquierdo aloja nuestra parte más racional, incluido el lenguaje y el intérprete o narrador que da sentido a nuestra vida; el hemisferio derecho, por el contrario, se ocupa de nuestra parte más intuitiva.

A raíz de esto los autores concluyeron una alta conectividad entre hemisferios en las mujeres como una mayor coordinación entre el pensamiento analítico y el intuitivo.
Esto podría explicar otras cuestiones que también nos hacen diferentes.
Por ejemplo, ellos requieren detalles mínimos en una conversación, mientras que a ellas les gusta explicar cada cosa sin importar su relevancia. Los hombres rara vez charlan de esta manera, por lo que es fácil que pierdan el hilo del asunto.  Las mujeres suelen hablar bastante sin importar el estado de ánimo en que estén, pues normalmente buscan transmitir una justificación analítica a todo lo que ocurre a su alrededor.
Igualmente sucede en el terreno sexual. Está el tópico de que el hombre es más infiel que la mujer, pero esto lo veremos en otra entrada con más atención.

En definitiva parece que poco a poco se avanza más en las investigaciones cerebrales, y por tanto, se cuenta con mayor información acerca del por qué hombres y mujeres piensan y actúan de manera tan distinta en muchas ocasiones.
Resumiendo sobre este aspecto, Ragini Verma, profesora de radiología en la facultad de medicina de la Universidad de Pensilvania y principal autora de estos trabajos publicados en las Actas de la Academia estadounidense de las Ciencias (PNAS) explica que los hombres son en promedio más aptos para aprender y ejecutar con gran éxito una tarea en concreto (como por ejemplo esquiar), es decir, funcionan mejor que ellas cuando tienen una sola cosa entre manos; mientras que las mujeres cuentan con mayor habilidad para  ejecutar tareas múltiples que pudiesen darse a la vez, así como gran capacidad para encontrar soluciones con mayor agilidad.

A pesar de tales diferencias, como decíamos al principio hay algo que nos hace iguales, y es el querer gustar a los demás, sentirnos atractivos y deseados por el resto.
Normalmente cada sexo lo hacía a su manera, pero con el paso de los años el hombre se ha dado cuenta que el preocuparse por la
estética no es algo que deban subestimar. Las mujeres sabían lo que hacían desde hace mucho.                                            

A día de hoy, cada vez más hombres son conscientes de la importancia de cuidar su piel, y no solo su cuerpo, sobretodo sabiendo que al tener una piel impregnada en testosterona, es bastante más activa.
La testosterona tiene un efecto sobre el espesor de la piel, las glándulas sudoríparas, las glándulas sebáceas y folículo piloso, lo que equivale a mayor sebo sobre la piel. Además, al ser la piel del hombre más gruesa, más elástica y con manchas más frecuentes, quizás hasta requiera de un mayor cuidado.
La transpiración es más abundante y ácida. El envejecimiento es más tardío, pero las arrugas son más profundas, por lo que se produce una repentina pérdida de firmeza y elasticidad.
Esto quiere decir que el hombre envejece más tarde pero sin embargo, de manera más brusca.

Otro factor que diferencia la piel masculina es la cantidad de grasa cutánea secretada, que por razones hormonales es mayor a la secretada por la piel femenina. A su vez, la piel de las mejillas y cuello tienden más a la deshidratación y sequedad, potenciándose aún más a causa de la acción del afeitado. 
Al igual que la piel de las mujeres, los elementos que tienen efectos negativos sobre el cutis masculino son la edad, el cansancio, el estrés, la contaminación, la dieta desequilibrada, falta de ejercicio físico, fumar y consumir alcohol, entre otras muchas cosas.

Por ello, preocuparse por el cuidado físico es algo que debe estar presente tanto en la mentalidad femenina como en la masculina. Actualmente, sabemos con certeza que el cuidarse entra dentro de los planes de ambos sexos, y que incluso cada vez más, son los hombres quienes comienzan a encabezar la lista.
Empezamos a parecernos en algo.
ALELUYA!