¿Cuentas con las suficientes “hormonas de cupido”?
Las feromonas son sin duda las mayores causantes de la atracción entre personas. Se trata de unas hormonas que segregamos los seres humanos en la entrepierna y las axilas al igual que el resto de animales, desprendiendo un olor característico que constituye el aroma sexual, y que nos lleva a tener un mayor o menor poder de atracción.
Estas sustancias
son detectadas por una zona en nuestra nariz denominada órgano vomeronasal,
desde donde se dispara una señal eléctrica al cerebro, que llega directamente
al tálamo, núcleo que participa en dos grandes grupos de sensaciones:
discriminativas y afectivas.
A partir de ahí, empieza el metabolismo bioquímico y el cerebro libera el neurotransmisor feniltenamina, que inunda el cerebro y fomenta la aparición de la dopamina, norepinefrina, serotonina y oxitocina, que entre otras acciones, participan en la regulación de las sensaciones de atracción sexual.
A partir de ahí, empieza el metabolismo bioquímico y el cerebro libera el neurotransmisor feniltenamina, que inunda el cerebro y fomenta la aparición de la dopamina, norepinefrina, serotonina y oxitocina, que entre otras acciones, participan en la regulación de las sensaciones de atracción sexual.
. Las atrayentes
sexuales que afectan el comportamiento sexual.
. Las de reconocimiento que están presentes entre la madre y el niño.
. Las que provocan sincronización en los ciclos menstruales de las mujeres cuando éstas se mantienen en estrecha proximidad entre sí.
. Las feromonas territoriales de tipo de animal, que marcan el territorio y la posesividad entre el macho y la hembra.
Hay personas que poseen más feromonas que otras, o incluso que cuentan con mayor capacidad para detectar dicha hormona. Igualmente, tampoco existen los mismos niveles entre hombres y mujeres, por lo que, entre otras cosas, no tenemos el mismo grado de libido sexual.
Las feromonas adoptan un olor que trabaja en el subconsciente del receptor, pudiendo dicho olor afectar a la atracción que ejercemos sobre los demás, por lo que, los hombres, al tener mayores niveles de testosterona en circulación, poseen una libido sexual constante, y es más sencillo que sucumban al poder de las feromonas; mientras que esto ocurre en ellos, la mujer, debido a los niveles de estrógenos y la combinación inhibidora de la prolactina, junto con una menor presencia de testosterona en sangre, presentan una libido muy influida por el ciclo menstrual durante la etapa fértil, de manera que las feromonas que perciben del sexo contrario ejercerán un poder de atracción algo más controlado por ellas.
Este es solo un ejemplo de cómo nos afecta distintamente la concentración de feromonas de la que dispongamos y que nuestro cuerpo fabrique.
Digamos que las feromonas son las que nos hacen más atractivos a los ojos de los demás, pero esto no quiere decir que podamos descuidar nuestro aspecto físico. Todo lo contrario. Estas hormonas podrían compararse con las salsas de las comidas; si la comida no es buena, la salsa ya no será de tu agrado.
Por muy alto que sea el nivel de feromonas que desprendas, si no cuidas tu cuerpo y no te sacas el mayor partido, de nada servirá la cantidad de “hormonas de Cupido” que tengas en tu interior.
Por tanto, es imprescindible que cuides tu imagen, porque de esta forma tu atractivo físico podrá beneficiarse y potenciarse en mayor medida de dichas feromonas que perciben los demás. Notarás cómo te miran, cómo aumenta el deseo del resto hacia tu persona, cómo mejoran tus relaciones interpersonales y, por supuesto, cómo se eleva enormemente tu autoestima. Esto a su vez te llevará a estar más segur@ de ti mism@ y a demostrarlo en tus actos y en tu forma de hablar, llevándote a tener una actitud increíblemente seductora ante los demás, aunque no te des cuenta de ello.
. Las de reconocimiento que están presentes entre la madre y el niño.
. Las que provocan sincronización en los ciclos menstruales de las mujeres cuando éstas se mantienen en estrecha proximidad entre sí.
. Las feromonas territoriales de tipo de animal, que marcan el territorio y la posesividad entre el macho y la hembra.
Hay personas que poseen más feromonas que otras, o incluso que cuentan con mayor capacidad para detectar dicha hormona. Igualmente, tampoco existen los mismos niveles entre hombres y mujeres, por lo que, entre otras cosas, no tenemos el mismo grado de libido sexual.
Las feromonas adoptan un olor que trabaja en el subconsciente del receptor, pudiendo dicho olor afectar a la atracción que ejercemos sobre los demás, por lo que, los hombres, al tener mayores niveles de testosterona en circulación, poseen una libido sexual constante, y es más sencillo que sucumban al poder de las feromonas; mientras que esto ocurre en ellos, la mujer, debido a los niveles de estrógenos y la combinación inhibidora de la prolactina, junto con una menor presencia de testosterona en sangre, presentan una libido muy influida por el ciclo menstrual durante la etapa fértil, de manera que las feromonas que perciben del sexo contrario ejercerán un poder de atracción algo más controlado por ellas.
Este es solo un ejemplo de cómo nos afecta distintamente la concentración de feromonas de la que dispongamos y que nuestro cuerpo fabrique.
Digamos que las feromonas son las que nos hacen más atractivos a los ojos de los demás, pero esto no quiere decir que podamos descuidar nuestro aspecto físico. Todo lo contrario. Estas hormonas podrían compararse con las salsas de las comidas; si la comida no es buena, la salsa ya no será de tu agrado.
Por muy alto que sea el nivel de feromonas que desprendas, si no cuidas tu cuerpo y no te sacas el mayor partido, de nada servirá la cantidad de “hormonas de Cupido” que tengas en tu interior.
Por tanto, es imprescindible que cuides tu imagen, porque de esta forma tu atractivo físico podrá beneficiarse y potenciarse en mayor medida de dichas feromonas que perciben los demás. Notarás cómo te miran, cómo aumenta el deseo del resto hacia tu persona, cómo mejoran tus relaciones interpersonales y, por supuesto, cómo se eleva enormemente tu autoestima. Esto a su vez te llevará a estar más segur@ de ti mism@ y a demostrarlo en tus actos y en tu forma de hablar, llevándote a tener una actitud increíblemente seductora ante los demás, aunque no te des cuenta de ello.
Y lo mejor de todo es que tampoco es necesario machacarte en el gimnasio o exponerte en un quirófano. Hoy día cuentas con numerosa aparatología especializada con la que poder ayudarte, así como con estupendos cosméticos que estimulan la producción de esos elementos naturales que tu organismo necesita.
Puedes echar un vistazo a algunos de los tratamientos que te ayudarían en esta tarea y comprobar por ti mismo los increíbles resutados que puedes obtener si te lo propones.
Cuídate, y el éxito está garantizado!
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